Minutos finales, minutos fatales

Los partidos duran 90 minutos. Y hasta los últimos segundos hay que estar atentos porque todo puede suceder. Un torneo se te puede escapar en la última bola. O una pelota te puede mantener vivo. En la 14º fecha del Apertura, el principal protagonista fue el sufrimiento.

Minutos finales, minutos fatales. Es que los tres grandes candidatos a quedarse con el título (Boca, San Lorenzo y Tigre) definieron sus partidos sobre la hora. Dos festejaron, el otro se fue mascando bronca.
San Lorenzo volvió a jugar mal, de local, ante Gimnasia de Jujuy, cuando tenía todo para ganar. Aureliano Torres puso en ventaja a los de Boedo, pero igualó el equipo de Labruna a través de Pablo Calandria y parecía que se le venía el mundo abajo, hasta que llegó el gol de Gonzalo Bergessio. El desahogo del Nuevo Gasómetro fue una señal de lo que estaba viviendo el equipo, que no podía ganar en los últimos encuentros. Y se desató la fiesta y las ilusiones se renovaron en el equipo de Russo.
San Lorenzo fue único puntero hasta los 45 minutos del segundo tiempo del partido entre Arsenal y Boca, porque hasta ahí era un 0-0 clavado, merecido, porque ninguno había hecho nada para ganar. Pero apareció Juan Román Riquelme, ausente sin aviso hasta ese momento y la victoria quedó para los dirigidos por Ischia, quienes comparten la punta con los de Boedo.
Pero el que terminó mascando bronca fue Tigre. Fue el que mejor jugó de los tres candidatos. Sin embargo, terminó dejando dos puntos en el camino. En Santa Fe, el equipo de Diego Cagna arrancó perdiendo con Colón, pero dio vuelta el resultado, se puso 2 a 1 arriba. Sin embargo, en una de las últimas jugadas apareció Ramírez para darle el empate a Colón.
Así, los tres equipos tuvieron un vuelco extremistas: pasaron del sufrimiento al festejo desmedido, de los nervios al desahogo, de delirio a la bronca. Los minutos finales terminaron siendo determinantes en esta fecha del Apertura.