En un superclásico vertiginoso, Boca logró una gran alegría

Sebastian Battaglia pega el primer grito
Con goles de Sebastián Battaglia y Martín Palermo, el equipo de Ischia le ganó a River por 2 a 0 en Mar del Plata, en un clásico con todos los condimentos.

Boca Juniors, demostrando mucha contundencia, inteligencia y algunas sutilizas geniales de Juan Román Riquelme, le ganó a River 2-0, quedándose con toda la fiesta del primer superclásico del año, jugando ante una multitud que vibró con el partido durante los noventa minutos de juego.
Los goles del partido los señalaron Sebastián Battaglia, en la primera parte, aumentando Martín Palermo en el segundo tiempo.
El superclásico, el primero del año, se jugó en el estadio mundialista José María Minella, de la ciudad de Mar del Plata, con un excelente arbitraje del mejor juez del fútbol argentino, Héctor Baldassi.
En el balance final del partido se podría decir que River manejó más la pelota, que fue el que más intentó llegar al gol, pero no tuvo contundencia, le faltó inteligencia, dos atributos que le sobraron a Boca, como para justificar la gran victoria.
En el arranque del partido todo parecía que iba a ser de River, porque Ariel Ortega estaba enchufado –tuvo una chance clara que tapó Pablo Migliore a los diez minutos- y a fuerza de gambetas y enganches hacía ilusionar a todos los simpatizantes del millonario.
Además, el “Burrito” estuvo en esos primeros minutos bien acompañado por el chileno Alexis Sánchez y por Mauro Rosales, con Sebastián Abreu haciendo bien su tarea de pívot.
El equipo de Diego Simeone se paró con tres delanteros netos, con Ortega en una posición de enganche adelantado, siendo por momentos un cuarto punta.
Pero pese a tener hombres de buen pie y muchos delanteros, al conjunto de Núñez le faltó resolver el último toque, ser más profundo y eso provocó que su dominio se diluyera en sus buenas intenciones
Por el lado de Boca todo era desconcierto, sobre todo a la hora de atacar, porque
Juan Román Riquelme entró poco en juego, por lo cual, con River manejando la pelota, los dos delanteros (Martín Palermo y Rodrigo Palacio quedaron totalmente aislados).
in embargo fue el conjunto de Ischia el que abrió el marcador, a través de Battaglia, quien aprovechó una desinteligencia del fondo de River, que luego de un centro de Claudio Morel Rodríguez, en su última acción antes de salir lesionado, y de volea tomó la pelota picando dentro del área para señalar el 1-0.
A partir de ese momento todo lo bueno que hizo River se diluyó, porque Ortega no entró tanto en juego, porque el chileno Sánchez se empecinó en la gambeta que no aporta y Abreu quedó perdido entre los dos centrales de Boca.
Los dirigidos por Simeone buscaron pero no tuvieron profundidad y por eso se tuvieron que ir al descanso, pese a jgar mejor que su rival, perdiendo 1-0.
En el comienzo del segundo tiempo River salió con la misma decisión de atacar que en el primero, pero con más profundidad, pero no pudo generar situaciones de gol.
Y en la primera distracción Boca volvió a mostrar toda su contundencia. A los 11 minutos Riquelme ejecutó un tiro libre desde cerca de la mitad de cancha, sorprendiendo a todos patenado al arco, Juan Pablo Carrizo quedó mal parado, con la pelota dando vueltas en la línea, casi a la altura del travesaño y Palermo, sin resistencia puso el 2-0.
A partir de haber aumentado la diferencia Boca pasó a manejar la pelota, haciéndola mover de un lado a otro, cuidándola, con Riquelme como estandarte de esos pases, que por momentos parecían intrascendentes, pero que podían terminar con una estocada punzante del talentoso diez, como para que Palermo y Palacio liquidaran definitivamente el asunto.
A seis minutos del final Palermo tuvo el tercero, quien de cabeza, luego de un corner preciso ejecutado por Riquelme, hizo estrellar la pelota en el travesaño.
Los minutos pasaron, con un River desesperado sin poder cambiar la historia y con un Boca que si se animaba un poco más pudo haber terminado goleando, para que la noche sea más redonda de lo que fue.

Fotografias: TELAM