El equipo de Simeone derrotó por 1 a 0 al San Lorenzo de Ramón Díaz y se coronó con la copa en el Pentagonal de Grandes.
River recuperó la sonrisa y se coronó campeón del verano. El equipo de Núñez venció 1-0 a San Lorenzo, con un gol de Abreu, de penal. Orión le atajó un tiro desde los doce pasos a Ferrari. Con este resultado los dirigidos por Simeone se quedaron con el torneo pentagonal de los grandes.
River Plate, sin jugar un gran partido y con un gran segundo tiempo de Alexis Sánchez, venció a San Lorenzo 1-0, resultado que le permitió recuperar la sonrisa tras la derrota en el superclásico ante Boca y coronarse campeón del torneo pentagonal de verano.
El único gol del partido lo señaló Sebastián Abreu, de penal, a los 6 minutos del segundo tiempo. En la misma etapa Agustín Orión le atajó un tiro desde los doce pasos a Paulo Ferrari y a 15 del final del partido fue expulsado Sebastián Méndez.
El partido se jugó en el estadio mundialista José María Minella, de la ciudad de Mar del Plata, con un correcto arbitraje de Carlos Maglio.
Sin hacer mucho a River le alcanzó para superar a San Lorenzo y mucho tiene que ver en la victoria del equipo de Ramón Díaz el ingreso en el segundo tiempo de Alexis Sánchez, quien fue ovacionado por los hinchas, transformándose en la figura de la cancha.
En el primer tiempo River salió, como lo hizo ante Boca, decidido a buscar el gol rápido, pero chocó con su propia inoperancia, porque no tuvo juego, no tuvo profundidad, por lo cual, no tuvo situaciones de gol.
Entonces, ante un San Lorenzo que miraba como River paseaba su impotencia, el partido se hizo más que aburrido, sobre todo en el primer cuarto de hora.
En River sólo alguna gambeta de Ortega hizo levantar al público, que estuvo en silencia prácticamente toda la primera etapa, debido a que el equipo no transmitía absolutamente nada.
¿San Lorenzo? Bien gracias. El equipo de Ramón Díaz mostró en el comienzo del partido lo mismo que durante todo el torneo pentagonal de verano, es decir, poco y nada.
Sólo Juan Manuel Torres en el medio para marcar, y a veces hasta para jugar, sin protagonismo, quedó muy lejos de ser el equipo que probablemente pretenda Ramón Díaz.
Así y todo, sin jugar bien, con poco y nada los delanteros de San Lorenzo se las ingeniaron para generar situaciones de gol, pero Bernardo Romeo, Andrés Silvera y el “Chaco” Torres fallaron a la hora de la definición.
Bajo una intrascendencia alarmante se fueron los primeros 45 minutos, que aburrieron a la buena cantidad de gente, teniendo en cuenta el mal clima de este martes marplatense, que se acercó al estadio mundialista.
El arranque de la segunda etapa fue un calco del comienzo de la primera, con la diferencia que esta vez River, gracias a la movilidad del recién ingresado Alexis Sánches, quien reemplazó a un desconocido Ortega, los de Simeone pasaron a tener más profundidad.
Por eso a nadie sorprendió que llegara la apertura del marcador, que fue anotada por el uruguayo Abreu, de penal, con un remate fuerte y al medio, luego de que Maglio sancionara bien una falta dentro del área de Sebastián Méndez al chileno Sánchez.
San Lorenzo intentó reaccionar, adelantándose en el campo de juego, pero sin generarle mayores problemas a Juan Pablo Carrizo, salvo por una media vuelta de Daniel Bilos, dentro del área, pero como tomó la pelota “mordida” el arquero la atajó sin problemas.
Y de contra River pareció asentarse y tuvo la gran chance de aumentar el marcador a los 19 minutos cuando Maglio sancionó bien otro penal, por mano de Diego Placente dentro del área, pero Paulo Ferrari, el ejecutor del remate de los doce pasos, disparó su remate al palo derecho del Orión, quien envió la pelota al corner evitando la segunda caída de su valla.
River no sintió ese golpe y fue por más, y a los pocos minutos quedó mano a mano con Orión el colombiano Radamel Falcao, pero otra vez el arquero azulgrana salvó a los dirigidos por Ramón Díaz.
Con el correr de los minutos River creció en su juego, sin hacer mucho y San Lorenzo en su impotencia, más cuando a los 32 minutos se fue expulsado Sebastián Méndez, por doble amarilla.
El marcador pudo ser más amplio a favor de River, pero la displicencia de Abreu no se lo permitió, pero igual le alcanzó para vencer a San Lorenzo y coronarse campeón del torneo pentagonal de verano.
River Plate, sin jugar un gran partido y con un gran segundo tiempo de Alexis Sánchez, venció a San Lorenzo 1-0, resultado que le permitió recuperar la sonrisa tras la derrota en el superclásico ante Boca y coronarse campeón del torneo pentagonal de verano.
El único gol del partido lo señaló Sebastián Abreu, de penal, a los 6 minutos del segundo tiempo. En la misma etapa Agustín Orión le atajó un tiro desde los doce pasos a Paulo Ferrari y a 15 del final del partido fue expulsado Sebastián Méndez.
El partido se jugó en el estadio mundialista José María Minella, de la ciudad de Mar del Plata, con un correcto arbitraje de Carlos Maglio.
Sin hacer mucho a River le alcanzó para superar a San Lorenzo y mucho tiene que ver en la victoria del equipo de Ramón Díaz el ingreso en el segundo tiempo de Alexis Sánchez, quien fue ovacionado por los hinchas, transformándose en la figura de la cancha.
En el primer tiempo River salió, como lo hizo ante Boca, decidido a buscar el gol rápido, pero chocó con su propia inoperancia, porque no tuvo juego, no tuvo profundidad, por lo cual, no tuvo situaciones de gol.
Entonces, ante un San Lorenzo que miraba como River paseaba su impotencia, el partido se hizo más que aburrido, sobre todo en el primer cuarto de hora.
En River sólo alguna gambeta de Ortega hizo levantar al público, que estuvo en silencia prácticamente toda la primera etapa, debido a que el equipo no transmitía absolutamente nada.
¿San Lorenzo? Bien gracias. El equipo de Ramón Díaz mostró en el comienzo del partido lo mismo que durante todo el torneo pentagonal de verano, es decir, poco y nada.
Sólo Juan Manuel Torres en el medio para marcar, y a veces hasta para jugar, sin protagonismo, quedó muy lejos de ser el equipo que probablemente pretenda Ramón Díaz.
Así y todo, sin jugar bien, con poco y nada los delanteros de San Lorenzo se las ingeniaron para generar situaciones de gol, pero Bernardo Romeo, Andrés Silvera y el “Chaco” Torres fallaron a la hora de la definición.
Bajo una intrascendencia alarmante se fueron los primeros 45 minutos, que aburrieron a la buena cantidad de gente, teniendo en cuenta el mal clima de este martes marplatense, que se acercó al estadio mundialista.
El arranque de la segunda etapa fue un calco del comienzo de la primera, con la diferencia que esta vez River, gracias a la movilidad del recién ingresado Alexis Sánches, quien reemplazó a un desconocido Ortega, los de Simeone pasaron a tener más profundidad.
Por eso a nadie sorprendió que llegara la apertura del marcador, que fue anotada por el uruguayo Abreu, de penal, con un remate fuerte y al medio, luego de que Maglio sancionara bien una falta dentro del área de Sebastián Méndez al chileno Sánchez.
San Lorenzo intentó reaccionar, adelantándose en el campo de juego, pero sin generarle mayores problemas a Juan Pablo Carrizo, salvo por una media vuelta de Daniel Bilos, dentro del área, pero como tomó la pelota “mordida” el arquero la atajó sin problemas.
Y de contra River pareció asentarse y tuvo la gran chance de aumentar el marcador a los 19 minutos cuando Maglio sancionó bien otro penal, por mano de Diego Placente dentro del área, pero Paulo Ferrari, el ejecutor del remate de los doce pasos, disparó su remate al palo derecho del Orión, quien envió la pelota al corner evitando la segunda caída de su valla.
River no sintió ese golpe y fue por más, y a los pocos minutos quedó mano a mano con Orión el colombiano Radamel Falcao, pero otra vez el arquero azulgrana salvó a los dirigidos por Ramón Díaz.
Con el correr de los minutos River creció en su juego, sin hacer mucho y San Lorenzo en su impotencia, más cuando a los 32 minutos se fue expulsado Sebastián Méndez, por doble amarilla.
El marcador pudo ser más amplio a favor de River, pero la displicencia de Abreu no se lo permitió, pero igual le alcanzó para vencer a San Lorenzo y coronarse campeón del torneo pentagonal de verano.
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